Miremos el Futbol Asi
¿Qué pasa cuando pensamos en el fútbol? Para muchos, la primera imagen que aparece en sus mentes es la de un jugador profesional, jugando en un gran estadio y miles de fanáticos gritando su nombre.
Para muchos jóvenes, ese es el sueño: llegar a ser alguien que vive del fútbol, que hace historia en el deporte.
Y aunque perseguir grandes metas es importante, es muy probable que en ese afán te olvides lo más valioso:
El viaje.
La realidad es que el fútbol es mucho más que un destino. Si solo lo vemos como una meta final, estamos dejando de lado lo que para mi es lo más importante: el proceso. La verdadera magia del fútbol.
Todo lo que aprendemos en el camino, las personas que conocemos, cómo nos transforma y en quiénes nos convertimos mientras jugamos y perseguimos esa “meta”
Cada entrenamiento, partido, equipo, compañero, victorias, derrotas, lesiones, todo esto nos ofrece lecciones que van mucho más allá de la cancha.
Nos enseña a cómo ser perseverantes, cómo enfrentar las dificultades y cómo superar nuestros propios límites.
Nos enseña a ser líderes, a trabajar en equipo y a levantarnos después de cada caída.
El fútbol nos ayuda a conocernos a nosotros mismos, a descubrir nuestras fortalezas y a enfrentar nuestras debilidades.
Nos enseña el valor del esfuerzo y la disciplina, nos conecta con personas que comparten nuestra pasión y se vuelven hermanos, y nos brinda experiencias que pueden marcar nuestra vida para siempre.
Si lo vemos así, el fútbol deja de ser solo un destino y se convierte en un maestro, en una herramienta poderosa, en un medio para convertirnos en nuestra mejor versión.
¿Y si cambiamos la perspectiva? ¿Y si, en lugar de ver el fútbol solo como una puerta hacia el profesionalismo, empezamos a verlo como un camino para el desarrollo personal?
Imagínate lo que podrías ganar si prestas atención a cada paso del proceso, si realmente te sumerges en la experiencia de jugar y aprender.
Ver el fútbol como un medio te permite disfrutar de cada etapa. En lugar de sentir presión por alcanzar un objetivo final, empiezas a ver valor en todo lo que haces en el presente.
No siempre se trata solo de ganar o perder, ni de llegar o no a una liga profesional.
Se trata de crecer, de aprovechar el deporte para desarrollar habilidades y valores que te acompañarán toda la vida.
Esta es una invitación de mi parte a disfrutar del proceso, a vivir cada paso, y a darnos cuenta de que el verdadero éxito no siempre se mide en trofeos o contratos, sino en el impacto que el fútbol tiene en la persona en la que te estás convirtiendo.
Entonces, ¿cómo puedes empezar a ver el fútbol de esta manera? El primer paso es cambiar el enfoque: en lugar de obsesionarte solo con llegar a la cima, a la meta, enfócate en disfrutar el viaje, cada paso que estás dando hacia la cima.
Aprende a valorar cada entrenamiento, cada consejo de tu entrenador, cada jugada que te sale bien y cada error que te hace mejorar.
Recuerda que el fútbol te está enseñando algo cada día, y que esas lecciones no se quedan en la cancha: te preparan para la vida.
Si eres padre de un joven futbolista, ayúdalo a ver el fútbol de esta manera. Proximamente te explicare como.
Si eres jugador, disfruta de lo que haces y de donde estas hoy, puedes mirar al futuro, pero no te quedes ahí, disfruta del proceso que ahí es donde está lo bonito de todo esto. Te lo prometo.
El fútbol es un medio, no solo un destino. Es un camino que, si aprendemos a disfrutar, nos llevará no solo a ser mejores jugadores, sino también mejores personas.